Y... a por ellos, que son pocos y cobardes, viva España.Abuela paséame.
Llevo días observando como en mi barrio pasa una abuela con su nieto. Días que aunque llueva o truene, ahí esta ella. Le lleva de la mano, aunque con peligro porque no tienen prisa ninguno de los dos. La abuela ayuda al nieto y el nieto a la abuela, precioso.
Cuando miro a mí alrededor les veo que sin mirar el tiempo, avanzan hacia el parque. Y no solo saca a pasear a su nieto por la mañana, por la tarde la misma rutina. La abuela tendrá setenta y tantos años largos, rozando ser octogenaria.
Después de varios días observando, me acerque al niño a saludarle y la abuela felicitarla por como lleva a su nieto al parque, es triste ver como la mujer no se puede ni mover, porque va a pasos muy lentos, sin fuerzas por la vida vivida, pero ahí están todos los días.
Quiero agradecer a esas abuelas incansables, la molestia que toman en no solo cuidar a los nietos, sino quererlos, amarlos y hacerles que este mundo les parezca más feliz.
A ellos van estas líneas que con mucho amor les dedico.
Que sean felices.
